viernes, 22 de marzo de 2013

Desearía ser una ignorante, sin embargo, sé. Sin embargo, sigo cayendo.

Intento que no te des cuenta. Intento que vivas sin saber lo mucho que te recuerdo. Intento parecer fuerte, intento devolverte la sonrisa desde lejos, intento controlar el impulso de correr hacia tus brazos y fundirme en ellos de la misma manera en la que me derrito al besar tus labios. Pero es imposible. Sé que te das cuenta. Sé lo mucho que te divierte observar desde lejos mis malditas ganas de ti. Sé que le susurras a otras al oído, fardando de mi tonta manía de soñar contigo. También sé que haces lo mismo con todas.
Deberías de ser tú el que se siente como un maldito hipócrita, pero sé que disfrutas siéndolo. En cambio, soy yo la que se lamenta. Lamento muchísimo haber malgastado mi tiempo a tu lado, siento en el alma haber sonreído como una estúpida hacia aquellas horribles palabras "románticas". Y contándolo, aún me siento peor sabiendo una vez más, que toda esta mierda, es por ti.

jueves, 21 de marzo de 2013

Olvidé mencionar tus labios.

 Llevo con la garganta hecha un nudo desde tu huída, las lágrimas no han querido abandonar mis ojos, ahora, ya secas permanecen en ellos emborronando así mi vista. Creo que parte de tu perfume ha inundado mi mente, y aunque ya no pueda olerlo, lo recuerdo. No puedo decir lo mismo de tus abrazos, aún sigo con tu tacto sobre mi espalda arañandome la piel cada vez que hago el amago de olvidarte.  ¿Por qué? ¿Qué fue lo que me hiciste? Siento que estoy bajo el efecto de alguna droga que sigue aferrándome a ti, mejor dicho, a tu recuerdo. Porque tú ya te has ido.